Muchas veces oímos hablar a los entrenadores que necesitan hacer un vídeo motivacional para afrontar este o aquel partido. Incluso yo he preparado unos cuantos como entrenador para determinados momentos que consideré nos podía dar un plus.
Sería interesante definir brevemente que es la motivación para que nos aclare si lo que necesitamos con el vídeo, es eso, que motive o sabiendo que es necesitamos otro tipo de vídeo. La motivación deriva del latín motivus o motus, que significa «causa del movimiento». También, podemos entender la motivación como un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta. Aquí aparecen los elementos clave para realizar un buen trabajo:
- Activar en su justa medida, debemos analizar que tipo de salida nos conviene más, teniendo en cuenta nuestras características como equipo y las características del rival, nuestra situación en la clasificación y la del rival. Estos elementos si pensamos en ellos antes de iniciar el proceso de preparación de un vídeo de este tipo, nos pueden ahorrar muchos disgustos.
- Dirigir hacia el objetivo, no sirve sólo con activar y producir un incremento momentáneo de la motivación, es decir, «causar un movimiento» sino que las imágenes y el mensaje debe dirigir hacia el objetivo que queremos alcanzar, aquellos aspectos que si dirigimos nuestra atención y el esfuerzo hacia dominarlos durante el partido posiblemente nos lleven a conseguir el objetivo final, la victoria.
- Mantiene la conducta en esa dirección que hemos trazado, es decir durante el proceso del partido seguimos dirigiendo toda nuestra energía a dominar los objetivos y los puntos clave hacia los que hemos direccionado nuestra motivación.
Un vídeo motivacional no deja de ser un proceso de comunicación, entre el cuerpo técnico y los jugadores. Por eso, creemos firmemente en que esos elementos de la comunicación deberían guiar el proceso de producción de un vídeo que busca motivar y empujar el movimiento de nuestros jugadores.
Para ello debemos construir el vídeo sobre elementos que se utilizan en la comunicación, el vídeo debe ser como una pequeña historia. Introducción, nudo y desenlace son los elementos comunes de cualquier historia. Pues nuestro vídeo debe contener esa historia, tal vez incluso las palabras iniciales del entrenador o el psicólogo deportivo que presenta el vídeo ya se puedan utilizar como introducción.
Debemos pensar en esa introducción, imágenes de la realidad hasta ese momento, duras si la situación es difícil, buenas si estamos en buena sintonía y jugamos contra un rival flojo. Debemos contemplar al hacer el vídeo el lugar donde lo vamos a proyectar y en que momento lo haremos, como vamos a colocar a los jugadores con respecto a la pantalla donde se va a emitir, decidir como estarán situadas las sillas para que todo el mundo este cómodo y bien orientado, juntar más las sillas de lo normal para que se genere una atmósfera que contagie las emociones que están viviendo los jugadores unos a los otros, que sientan la emoción y se contagie de unos a otros.
En algún momento de este proceso de comunicación debe haber un impacto, algo que provoque sorpresa, que capte la atención de nuestros jugadores en la imagen y que los envuelva para que el mensaje sea entendido y percibido por todos.
El mensaje debe estar bien estructurado, bien elegido, tener claro los puntos que queremos dar importancia y como lo vamos a hacer. Si hay muchos mensajes corremos el riesgo de que no se queden con todos, unos interpreten o se queden con unos y otros con otros. Debemos conseguir dejar la idea clara para que se activen, se dirijan y mantengan la conducta durante todo el tiempo que dure el partido. Para ello todo lo que consigamos anticipar y que los jugadores tengan clara esa dirección y les ayude a mantenerla pase lo que pase, estaremos construyendo una herramienta que será potente y nos ayudará a alcanzar nuestro objetivo a nivel motivacional y también a nivel competitivo.
Recordar que esta historia que contamos debe tener un final potente, esa historia será creíble cuando se construya relacionada con la realidad y con las claves del partido.
Mostrar el camino, seguirlo con las mentes libres, la motivación alta y conseguiréis lo que queréis.
Y, un último apunte, la música esta pensada como una sucesión de sonidos y silencios ordenados en el tiempo, las imágenes alineadas con dicho pensamiento musical producen un efecto multiplicador a nivel emocional, bien gestionada nos ayudan a movilizar como una parte fundamental del mensaje.
¿Cómo de necesario es hacer un vídeo motivacional para jugar una final?
Opinen y seguro que aprendemos todo algo.
Rubén Domínguez