El respeto a los árbitros y jueces deportivos y su función debe ser interiorizado por el deportista desde su ingreso en la actividad deportiva. El árbitro es una parte fundamental del deporte, una figura de autoridad, un deportista, pero sobre todo, una persona; no debemos olvidarnos en ningún caso de ninguna de estas características.
Como juez, y ostentando la autoridad debe ser respetada, los deportistas deben aprender a relacionarse con dicha figura de una manera honesta, adecuada y sana; sabiendo que hay un reglamento que condiciona la forma de hacerlo y que hay un comportamiento formal que es el adecuado para interaccionar con el árbitro o juez deportivo.
El árbitro, como deportista, está aprendiendo a realizar su actividad al mismo tiempo que los deportistas; los deportistas cometen muchos errores y fallan constantemente por su falta de destreza, dominio o físico que les impide ejecutar de la manera correcta en el momento correcto.
Los deportistas sin embargo obtienen feedback, refuerzo, correcciones sobre su ejecución y el apoyo de su entrenador y compañeros.
El árbitro normalmente carece de esta oportunidad y por desgracia recibe quejas, insultos, hostilidad y castigos verbales sobre su actuación.
Cualquier deportista que se vea sometido a tanta negatividad y tanta presión vería mermado significativamente su rendimiento, y en el caso del árbitro no es distinto. Como persona que es, espero que todos estemos de acuerdo en que debería ser merecedor del mismo respeto que los demás.
Cuando ponemos en duda y criticamos desde una postura que es siempre subjetiva a una figura de autoridad estamos enseñando a nuestros deportistas unas actitudes, unos comportamientos y unos estilos inadecuados para relacionarnos con una figura de autoridad. Esta enseñanza sólo consigue perjudicar a nuestros deportistas en su etapa de formación, construcción y aprendizaje; por lo cual debemos entender que estamos dañando su futuro, su motivación y su crecimiento. Por ultimo, posiblemente lo más grave, dañamos a una persona que sólo ha cometido el atrevimiento de querer contribuir con su labor al disfrute del deporte de nuestros hijos, que es figura fundamental en la actividad deportiva y que asume una responsabilidad movido por el mismo objetivo que el resto de deportistas: el gusto por una actividad deportiva.
El árbitro es un deportista: respetémoslo como debemos debemos hacer con todos los demás en el ejercicio de su actividad deportiva y favoreceremos el desarrollo, la educación y la generación de un ambiente más sano en los espacios deportivos.
Definición de juego limpio: «es un concepto ampliamente empleado en el mundo deportivo para referir el tipo de comportamiento leal y sincero en el deporte, especialmente de fraternidad y respeto para con el rival, el árbitro y los asistentes de este»
Recordad que el objetivo de todos es disfrutar del deporte.
Rubén Domínguez Domínguez
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