Aprovecho este espacio para hacerme eco de una controversia que tiene preocupada a la sociedad en Vilagarcía de Arousa. Vamos a comenzar compartiendo la posición de la Agrupación Deportiva Cortegada y a continuación mi modesta opinión.
«La Agrupación Deportiva Cortegada muestra su desacuerdo
con el cambio de nombre del actual IES Miguel Angel
González por IES O Carril.
El nombre se puso en su día y como homenaje póstumo a
Miguel Angel González. Partiendo del claustro del Centro,
con el apoyo del alumnado y una parte importante de la
sociedad vilagarciana.
El nombre de Miguel Ángel González
La labor de Miguel Ángel no solo se limitó a su trabajo
docente, sino que desde el centro se fomentaron actividades
culturales, deportivas, artísticas..
Como director destacaba por tener siempre la puerta de su
despacho abierta al alumnado, profesorado y la sociedad
vilagarciana.
Fue el fundador, y presidente de nuestra agrupación
deportiva durante muchos años. Dedicó su tiempo para
conseguir que una ciudad como Vilagarcía tuviera un equipo
en primera división y una cantera con cientos de jugadoras.
Miguel apostó también por la cultura, y con su tenacidad y
dedicación logró que desde el centro se promovieran
múltiples actividades artísticas. Recordamos Malveiras. la
sala de exposiciones permanente en el IES, las actividades
deportivas que se organizaban, conferencias, eventos etc
Miguel fue un hombre importante para Vilagarcía. Y desde
Cortegada lo recordaremos siempre como una persona
cercana, empática, buena y que trabajaba para los demás.
Gracias Miguel.»
Evidentemente poco más se puede decir o sí, tal vez debemos entender la importancia de tener memoria.
Conozco a bastantes vilagarcianos que han estudiado en ese centro, ver el cariño con el que hablaban de su recuerdo con esa etapa en el «Insti», comprobar como todos siempre hablaban de «Miguel», el cariño que mostraban, el agradecimiento a su persona siempre era profundo y lo que había sido capaz de crear acompañado de su claustro.
Por supuesto, tuve la suerte de conocer a Miguel el presidente, de una forma algo peculiar. Jose Gorgoso, entrenador del equipo donde jugaban entre otras Sara Gómez y Diana Piñeiro, y directivo del Cortegada, acompañado por Jordi Fernández, entrenador del Extrugasa me convocaron a un café como otras muchas veces. Cuando llegué me dijeron «va a venir Miguel y tienes que explicarle porque es importante que el equipo de la Liga Femenina tenga un fisioterapeuta» me dijo Jordi Fernández.
En aquel momento yo entrenaba al INELGA BBC en la Liga EBA y teníamos fisioterapeuta, con lo cual no fue difícil explicar porque era tan importante. Sin conocerme de nada Miguel me escucho, me pregunto, se intereso y me agradeció la información. A los pocos días el Extrugasa tenía de fisioterapeuta a Marcos Domínguez. Lo importante de esta experiencia es mi impresión de aquel día, cuando me levante y los deje allí sentados hablando sentí que había estado sentado hablando con alguien especial humanamente, humilde, honesto, interesado y sobre todo que tenía delante una persona preocupada por el bienestar de sus jugadoras. aunque posiblemente lo más importante que sentí es que aquel señor era buena persona.
Años después me convertí en entrenador de la Agrupación Deportiva Cortegada, Miguel por desgracia ya no estaba, aunque sus directivos seguían cuidando el espíritu, el objeto de continuar formando deportivamente, ayudando a la educación de cientos de niñas en Vilagarcía de Arousa, enseñando a entrenadores desde jóvenes y formando una gran familia, repleta de familias que conviven, viajan, disfrutan y comparten sus vidas a través de un lugar común, el IES Miguel Ángel González.
Cambiar el nombre desde mi humilde opinión es un error, la sociedad cada vez necesita más tener memoria, facilitar la visibilidad de aquellas personas que han contribuido a generar una sociedad mejor, que su legado siga existiendo después de su obra es fundamental. Que conocer esas personalidades sirva de modelo para los que ahora deberían estar trabajando cada día incansables por la mejora de la educación de las siguientes generaciones, por facilitar oportunidades culturales, artísticas, sociales y deportivas que contribuyan al desarrollo humano de las nuevas generaciones.
Además esa memoria nos permite construir un sentido de pertenencia y una identidad que en un instituto me parece un elemento clave. Un lugar con identidad, con historia y con memoria ayuda a las nuevas generaciones a tomar y tener una conciencia de la importancia de aportar valor a la sociedad y hacerlo como lo hacía Miguel, de forma altruista, no para él, si para sus alumnos, para sus vecinos y para sus familias.
Estos días me ha resultado curioso comparar mi indignación por esta acción, con la comprensión y la visión de su familia, así como de otras personas que tuvieron la suerte de conocerlo mucho más que yo. Lo cual es un motivo aun mayor para dejar ese nombre no sólo en el frente del edificio educativo, sino para que contagie y plague las nuevas generaciones de esa comprensión, esa tolerancia y ese respeto hacia la figura de Miguel Ángel González todas las aulas.
Señora directora, claustro docente, alumnado y familias pocas veces un lugar tiene tanta esencia y tanta identidad, perder la oportunidad de aprovecharla y construir una institución desde el valor de la educación, el respeto, la humildad, el trabajo incansable y la ilusión que desprendía Miguel Ángel González es un tremendo error.
Como último motivo, si alguien ha dedicado los últimos 30 años por la igualdad de la mujer en esta sociedad ha sido la Agrupación Deportiva Cortegada, que presidió y lidero Miguel Ángel González. Estoy seguro que este hecho es el mayor de los legados del presidente, el director, el profesor, el marido, el padre, el abuelo y el amigo; la persona que los ciudadanos, los profesores, los alumnos y la sociedad que lo conocieron decidieron solicitar y poner el nombre para el IES Miguel Ángel González.
Rubén Domínguez Domínguez