En los últimos años deportistas de diferentes disciplinas y, también de Baloncesto, se han puesto en pie y han comenzado a derribar el “tabú” de la Salud Mental.
Hasta hace unos años se conocían algunos casos, siempre a posteriori, cuando el jugador de Baloncesto abandonaba la actividad, se hablaba de algunas dificultades derivadas de la práctica deportiva, que incluso se relacionaban más con la entrada en la vida real, la que no está inmersa cada día en entrenamientos, viajes, concentraciones, competiciones, fases de ascenso y descenso.
En el Ciclo Olímpico de Barcelona´92 aparecieron los primeros psicólogos del deporte, y el Baloncesto con su selección femenina fue una de las disciplinas que contribuyó a dar este importante paso.
Los psicólogos del deporte mostraron como podían enriquecer e integrarse en el trabajo diario de algunas de las disciplinas olímpicas en las que, tras apostar por ello, se alcanzó buen rendimiento y buenos resultados en estos Juegos Olímpicos.
Durante un tiempo en nuestro deporte esta figura ha tenido presencia en algunos momentos, y ha tomado relevancia en relación a la importancia que los entrenadores, jugadores, seguidores e incluso directivos le otorgan a la Psicología en el Baloncesto; aunque siguiendo la actualidad del Baloncesto se podría considerar que es muy deficiente la presencia de psicólogos deportivos en nuestro deporte, posiblemente una causa directa de las situaciones que se están viviendo con los jugadores y las jugadoras.
En agosto de 2019 se produce un suceso histórico por lo que supone señalar directamente a la realidad que se está viviendo. La NBA presenta su “Programa de Salud Mental y Bienestar”, dirigido por el Dr. William D. Parham, que busca desarrollar una política integral de Salud Mental en las franquicias, integrando un profesional especializado en Bienestar Mental y ofrecen un catálogo de especialistas de la Salud Mental al servicio de los jugadores de la NBA.
Las voces eran cada vez más altas y fuertes, no las de protesta, sino las voces que solicitan ayuda, y muchos jugadores pusieron sobre la mesa sus problemas de Salud Mental.
Hubo un antecedente claro en 2018. John Lucas, asistente en Houston Rockets, daba visibilidad al problema con unas declaraciones que provocaron revuelo y preocupación: “Más del 40% de los jugadores de la NBA tienen problemas, sólo el 5% busca ayuda”.
En España hemos tenido jugadores y jugadoras que han vivido problemas de Salud Mental. Recientemente Alex Abrines, Ricky Rubio, Nico Laprovittola, María González, Iris Mbulito, Marta Xargai por poner algunos ejemplos recientes.
Alex Abrines habla de la importancia de dar un paso a un lado
“quería seguir haciendo lo que más me gustaba”
Diario Marca, 16/10/2021
Todos ellos grandes jugadores y jugadoras que han tenido carreras precoces y han avanzado con paso firme hacia la élite del Baloncesto.
Comenzaron así a ser visibles dos realidades que se explican en este comentario: “Cualquier deportista de élite es fuerte mentalmente, por eso ha llegado allí. Pero los malos momentos llegan siempre, la cuestión es haberse preparado para gestionarlos”. Son palabras de José Manuel Beirán, psicólogo deportivo y medallista olímpico en Baloncesto.
Esta última parte de la preparación para los malos momentos es tal vez la pata que flojea en nuestro Baloncesto.
Si un jugador se tuerce el tobillo, ese mismo día, el médico, el fisioterapeuta, el preparador físico y alguno de los entrenadores del equipo están a su servicio.
“La semana ha sido complicada a nivel mental por las lesiones”
Nacho Lezcano, Entrenador Unicaja Banco Oviedo Baloncesto
Nueva España, 23/10/2021
Si ese mismo jugador tiene un problema en su estado de ánimo, en su atención, en su motivación, en su control de la ansiedad, se siente estresado, ¿qué ponemos a su disposición? Por lo general no recibe nada más que un ánimo, que esté tranquilo y que mañana se encontrará mejor.
La realidad es que los jugadores de Baloncesto que llegan a la élite son fuertes mentalmente, el camino recorrido, la educación deportiva, la calidad en su formación técnica, táctica y física ha ayudado a ello. Esto no es suficiente ante la exigencia cada vez más elevada en su día a día como jugadores y jugadoras de Baloncesto.
Se enfrentan diariamente a:
- La presión del club, del entrenador y de su agente en relación a su rendimiento.
- La presión social ejercida por sus familias, del entorno, de la afición, de los medios de comunicación y de las Redes Sociales. Esta última cada vez más dura y con más influencia.
- El estrés competitivo y ansiedad propios de enfrentarse a situaciones de competición y nuevas.
- La preocupación por fallar, por cometer errores y equivocarse en entrenamientos y partidos.
- La responsabilidad económica familiar y sobre su futuro.
- La posibilidad real de sufrir una lesión en cualquier momento de su carrera.
- Problemas familiares, muerte de un ser querido, nacimiento de un hijo y otros aspectos de la vida normal de una persona, pueden tener un efecto diferente en jugadores y jugadoras sometidos a tanto estés.
“Estamos un poco cansados física y mentalmente” por exceso partidos
Pablo Laso, Entrenador Real Madrid
Diario As, 16/11/2021
Ante todos estos elementos, nuestros jugadores y entrenadores superan todas estas dificultades con su fortaleza mental, convirtiéndose en equilibristas durante muchas semanas, meses y temporadas seguidas. Asomándose a un abismo, estando constantemente al límite de su resistencia y al filo de romper física y mentalmente.
Ese mal momento que destaca Beirán por desgracia llega en forma de la muerte de un ser querido (más común actualmente con la COVID-19), la desgracia de una lesión, la perdida de su titularidad, la disminución repentina del rendimiento, el cansancio derivado de constantes viajes y partidos (hasta 3 en partidos en 5 días), la falta de apoyo familiar (el caso reciente de las burbujas deportivas); cualquier de estos momentos unidos a la exigencia de su día a día deportivo puede llevar a que el jugador pierda el equilibrio, la estabilidad y derivar en un problema de Salud Mental.
“Nos paralizamos 5 minutos” hablando de bloqueos mentales y
la fragilidad mental de su equipo
Joan Plaza, Entrenador Coosur Betis
Diario de Sevilla, 22/10/2021
Es una realidad su mayor capacidad de adaptación, la fortaleza mental de los jugadores ante una sobreexposición constante y durante largos periodos de tiempo a múltiples factores de riesgos, así como el temor a no satisfacer sus expectativas que pueden provocar problemas de Salud Mental.
El jugador o jugadora ante una dificultad en su Salud Mental reacciona sintiendo vergüenza y culpa, siendo duros consigo mismos, negando como se sienten.
La fama, el dinero y la adulación chocan con la imagen de deportistas a los que no se les permite ser vulnerables y que piensan que esto les estigmatizará, con miedo a decirlo y a pedir ayuda por si no cuentan contigo, sin olvidar que pueden ver peligrar su seguridad laboral.
Las alertas están ahí, podemos ponernos a trabajar en el presente y en el futuro con programas de acompañamiento para los jugadores desde edades tempranas, educación, facilitar herramientas de afrontamiento, visibilizar y hablar de Salud Mental con los jugadores y jugadoras, pueden ayudarnos a que estén mejor preparados para ese momento de dificultad, de desequilibrio.
Sería aconsejable establecer formas efectivas de brindar servicios psicológicos de calidad para los jugadores y entrenadores en la élite.
Además, los entrenadores deberían reforzar su formación y aumentar sus conocimientos pedagógicos para realizar una intervención indirecta a través de su figura, tan importante en el Baloncesto.
La prevención siempre ha sido la mejor forma para lograr avances en el rendimiento, constantemente los jugadores repiten sus habilidades básicas para mantener su rendimiento en alta competición, fortalecen con programas sus músculos más débiles, se alimentan mejor para que su cuerpo rinda al máximo.
Ya es el momento en que se dé un paso más, que los jugadores y los equipos trabajen cada día para estar más preparados mentalmente. Entrenándose en el uso de herramientas que les permiten afrontar la exigencia, que les permitan gestionar sus emociones, que les ayuden a mantener controlado su estrés y su ansiedad en los límites eficientes para alcanzar un buen rendimiento.
Los casos en el Baloncesto y en todos los deportes están ahí: ataques de ansiedad, depresión, trastornos alimenticios, ludopatía, alcoholismo e incluso ideas suicidas, materializadas o no.
“Creo firmemente que cada entidad, federación o comité debe establecer programas que ayuden a la conciencia social sobre la importancia del bienestar psicológico”
Pau Gasol, Jugador de Baloncesto
Expansión, 16/06/2018
Tenemos un gran reto en el Baloncesto, la cuarta pata de la mesa aún flojea y lo que hagamos hoy nos dará estabilidad en 10 años. No sabemos qué nos depara el Deporte Mundial hasta el 2030, lo que sí es seguro es que nos enfrentaremos a incertidumbres que necesitaremos superar, como siempre, preparándonos para ello.
Rubén Domínguez
Entrenador de Baloncesto y
Psicólogo del Deporte