Profundamente agradecido

Hace ya más de 10 años asistí a un entrenamiento del Extrugasa Cortegada de la Liga Femenina, entrenado por Tito Díaz, y me senté al lado de una joven entrenadora que conocía de darle clase en el Curso de Entrenador de Baloncesto, en Santiago.

La joven estaba atenta a todo lo que pasaba en la pista. En un momento del entrenamiento le dije algo de una situación de juego sin balón, que había pasado y que me había gustado mucho; al rato le comenté otro detalle táctico que acababa de ocurrir. Ella me miró y me dijo: «aún estoy pensando en la primera, ¿cómo puedes verlo tan rápido?» Me hizo gracia y le dije que no se preocupase, que cuando fuese entrenadora ayudante de un equipo lo vería tan rápido como yo lo veía ahora. La realidad es que después de ver cientos de partidos cada temporada se entrena esa capacidad, y cada día resulta más fácil.

Años después tuve la suerte de que se convirtiera en mi ayudante en el A.D.Cortegada, el mismo equipo que aquella mañana habíamos estado viendo entrenar en Fontecarmoa. Y de ella quiero hablaros hoy, de mi compañera de entrenamiento, Diana Piñeiro.

Llegué a un nuevo club para mí, aunque lo conocía por la multitud de horas que había compartido hablando con Jordi Fernández, Jordi Aragonés, Miguel González (hijo de Miguel Ángel González) e Isaac (hijo de Jordi Fernández, que años más tarde dirigiría al Cortegada) mientras yo entrenaba al Inelga BBC de Liga EBA. Diana, que había aprendido y bebido de la sabiduría de todos estos y otros compañeros, me acogió y me ayudó a entender lo que significaba para ella el Cortegada. Me enseñó a valorar lo que significaba entrenar en Carril, su cariño y dedicación a la cantera, los valores que están detrás de cada muro, de cada bote del balón y sobre todo de cada persona, que como las hormigas van haciendo su trabajo silenciosamente para que todo funcione.

Me ayudó a conocer mejor qué se esperaba de una jugadora del Cortegada, y esto mismo se lo ha ido enseñando y recordando a multitud de jugadoras, podéis preguntar por ello a Salomé García, Amy Sy, Lorena Castro, Cristina Loureiro, Miriam García y otras muchas que han tenido la suerte de compartir Baloncesto con ella.

Me enseñó quiénes habían sido las grandes jugadoras: Siña, Elena, Rocío y tantas otras que representan el legado del Baloncesto en Vilagarcía. Incluso durante una época estuvimos pensando un proyecto para ponerlas en valor y agradecerles su trabajo como merecen (esto queda pendiente por nuestra parte; quién sabe… algún día puede que Diana lo retome). A mí me sirvió para conocer el pasado, que cuando escarbas te enseña mucho de lo esencial y te ayuda a realizar tu tarea en el presente. Diana me abrió con todo su cariño su club de toda la vida, y gracias a ella he disfrutado 8 años de Baloncesto en su casa, y logró hacerla también un poquito mía.

Hemos compartido la pista cada día durante 6 años, y los dos últimos años algunos días cada semana (que venía a estar con nosotros y ayudar en todo). Diana siempre tiene una sonrisa, una broma, una idea, un comentario que ayuda a todo el mundo; porque entiende el Cortegada como su casa, como el espacio que da sentido a su Baloncesto y al entrenamiento, y ambas cosas le apasionan. Ha reído, ha llorado, ha luchado, ha aprendido, se ha hecho madura y se ha convertido en una excelente entrenadora en su casa de toda la vida. Me da mucha envidia, porque esto da una relevancia a todo lo que es el día a día que es difícil de conseguir y vivir hoy en día.

Para mí, la palabra que mejor define como persona a Diana es «fidelidad», y como profesional sería «pasión». Vive apasionada por su equipo de Baloncesto, de su querida Vilagarcía, de sus niñas que ya tienen hij@s. A veces piensa que debía haberse atrevido a irse fuera, yo agradezco mucho que esto no ocurriese porque me hubiese perdido aprender de ella lo mucho que me ha enseñado. Lo que me ha enseñado no se aprende en un libro de Baloncesto, porque no está escrito en ninguno, porque ningún libro hablaría del Cortegada con tanta ilusión, fervor, alegría, pena y orgullo como Diana cuando habla de su Cortegada.

Sé que estas breves líneas no sirve para agradecerte lo mucho que me has ayudado, pero también tienen otro objetivo: ser memoria de lo importante que las personas como tú pueden llegar a ser en el Baloncesto, y no quería cerrar esta etapa de mi vida en tu equipo sin escribirlas.

Muchas gracias a mi mentora y ayudante, por aguantarme y acompañarme todo este tiempo. Ahora seguiremos paseando por la Playa de Compostela hablando de educación, de padres, de niñ@s, y por supuesto del Cortegada.

2 comentarios sobre “Profundamente agradecido

  1. Excelente. Agradecer a los mentores y compañeros de estrategias es excelente y seguro que ella se siente emocionada por ese reconocimiento.

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