Cerramos un año extraño, excepcional, que ninguno esperábamos y que ha modificado nuestro día a día, nos ha obligado a adaptarnos una vez más a toda marcha a una situación que a cualquier de nosotros si nos lo hubiesen dicho hace dos años le diríamos que están locos, que en qué película lo han visto.
En teoría entramos en un año que, a través de las vacunas, nos permitirá recuperar en cierta medida nuestro estilo de vida. Ahora, pienso que ese estilo de vida ya se ha visto modificado. Esta Pandemia nos ha obligado a cambiar, ha condicionado nuestras actividades sociales, nos ha impedido abrazar a nuestros seres queridos todo lo que queremos, esa afectividad se ha visto alterada y por supuesto ha influido en nuestra alegría y nuestra satisfacción emocional.
Ahora nos toca recuperar pequeños gesto poco a poco, hábitos que hemos tenido que inhibir, para retomar nuestra humanidad, nuestro afecto (un aspecto clave) como diría mi querido Jorge Casal «el vinculo», aquello que nos permite identificarnos con las personas y creer en las ideas que nos involucran en dar lo mejor de nosotros mismos por los demás.
Espero que este 2021 nos traiga más respeto, más alegría, más pasión por nuestros proyectos, más interés por nuestras familias y por compartir grandes momentos con las personas que realmente dan sentido a nuestras vidas, por ser mejores ciudadanos, por hacer algo cada día por los demás, por devolver a la sociedad lo mucho que nos ha dado y que, a veces, no valoramos lo suficiente.
Es decir, lograr entre todos ser mejores personas, involucrarnos en lo realmente importante, construir una sociedad más justa, más digna y más afectiva para entre todos convertir nuestro entorno en un espacio digno para nuestras familias y para todos los que lo comparten con nostros
Feliz Año, que el 2021, año Xacobeo, sea un año espectacular para todos.
