El Baloncesto se vio anoche sorprendido por la triste noticia de la muerte de Kobe Bryant y sus acompañantes.
No soy especialmente mitómano, admiro a las personas que lo son y lo disfrutan. Coincidencias de la vida o no, estas últimas semanas he estado leyendo sobre figuras del Baloncesto, del Tenis y de otras disciplinas que han dejado una huella importante en el Deporte. Kobe, por supuesto, es uno de ellos. Posiblemente con Michael Jordan, Magic Johnson y Larry Bird, los mejores jugadores de Baloncesto de todos los tiempos (sin desmerecer a ningún otro). Y los cuatro tienen algo en común, que luego destacaré para hablar de la figura de Bryant.
Hace poco cayó en mi red un enlace de este cortometraje, denominado «Dear Basketball», «Querido Baloncesto». Y hay una característica que ha conseguido transmitir en su juego y en este corto, que está en la naturaleza de Kobe Bryant, y que destaca sobre las demás: la PASIÓN.
El Deporte se caracteriza por un alto componente emocional y la Pasión es un aspecto clave. Sin Pasión, sin Ilusión, sin Deseo… es imposible alcanzar ningún objetivo en la vida y mucho menos en el Deporte. Kobe fue un deportista apasionado por su Querido Baloncesto, y posiblemente esto fue así porque desde muy niño le movió un Sueño, tal como destaca en su cortometraje, merecedor nada menos que de un Óscar de la Academia en la categoría de Mejor Corto de Animación. Ese Sueño le fue guiando y se hizo finalmente realidad cuando llegó a jugar en los Lakers. Conseguir o no conseguir un Sueño depende fundamentalmente de la dosis de Ilusión y Pasión que pongas en ello, ambas moverán tu Fuerza para lograrlo. A mayor Pasión, mayor Motivación, que es la fuerza natural del ser humano y por supuesto del deportista.
La Pasión, junto con el sentido de Identidad con un equipo, fueron motores fundamentales en la vida de Kobe, junto con otro rasgo de su vida deportiva que también fue clave: la Fidelidad a una camiseta, a un equipo, el equipo de los sueños para todos aquellos que en los 80 comenzamos a amar este Deporte. La Fidelidad a una franquicia es común a todas estas leyendas del Baloncesto que hemos nombrado al principio. Tal vez, es algo que las diferencia a estos astros de la pelota naranja de otros jugadores que han buscado fuera lo que en su equipo no les podían dar, que no han tenido la Fuerza y la Determinación de contribuir a construirlo para llegar a tener un Legado que dejar tras su retirada del Baloncesto.
Kobe representa el Compromiso con un Equipo, con una franquicia, con una ciudad. El Deporte ha perdido en general ese elemento identificativo de los 80-90, donde cualquier aficionado al Baloncesto o al Fútbol podría recitar de memoria la alineación de cualquier equipo NBA, ACB o de la Liga de Fútbol. Kobe ha sido un rara avis entre los jugadores profesionales, ha sido Fiel (hasta el propio día de su retirada) al Sueño de un niño que soñaba con jugar con los L. A. Lakers.
Su humanidad y su enorme Ejemplo provocan que nos sintamos hoy infinitamente apenados por su muerte. En un mundo en el que buscamos la satisfacción inmediata, en el que tantas veces olvidamos que lo más determinante para alcanzar nuestros Sueños es el sacrificio sostenido en el tiempo… En un mundo en el que prevalecen los intereses sobre los Valores, el ejemplo de Kobe nos recuerda la enorme importancia del Compromiso, de la Fuerza para perseguir un Sueño, el Sentido de Identidad de un Equipo, la Fidelidad y la Pasión. Un Legado de incalculable valor para los que amamos el Baloncesto, pero que transciende como ejemplo a cualquier otro Deporte y a la Vida.
Muchas gracias, Kobe, ojalá tu vida y tu legado sean ejemplo para muchos. DEP.