El momento por todos esperado ha llegado. La Liga ACB en marcha, la Liga Femenina a una semana del inicio tras un Campeonato del Mundo donde España a conseguido una meritoria medalla de Bronce, que sabe a Oro por todas las dificultades que ha tenido que superar en la preparación y en el Campeonato.
Esta semana comienza la temporada para los equipos que disputan la Liga LEB Oro, LEB Plata y la Liga Femenina 2. Así como casi todas las categorías de nuestro baloncesto abren la Temporada 2018-19.
Como cada inicio de temporada, la semana antes al arranque l@s jugador@s te enseñan que algo ha cambiado, que por mucho que tú quieras seguir con la normalidad ell@s ya piensan en la competición con mayúsculas. Se nota en la atención, en el esfuerzo, en la motivación y, por qué no, en la ansiedad y los nervios previos al primer partido de temporada, que afloran en estos días.
Esos nervios que están comunicando al deportista (que los sabe escuchar e interpretar) que su cuerpo sabe que llega el momento de la verdad y ese mismo cuerpo se comunica con l@s deportist@s diciéndole «sé que esto es importante para ti, estoy preparado».
Hablaba antes de la normalidad y me parece un aspecto fundamental para gestionar esos nervios y esa ansiedad que afloran en l@s jugador@s. El entrenador debe mantener su dinámica y arropar más que nunca esta semana a sus jugador@s en lo emocional, aportando seguridad, control y confianza a sus deportistas.
Si lo conseguimos, como entrenadores, contribuiremos a que lleguen al momento del salto inicial en las mejores condiciones para rendir y aprovechar todo ese trabajo de largas semanas de entrenamiento, esfuerzo, convivencia y partidos de preparación para este primer partido de la temporada.
Hoy descubriremos la primera imagen competitiva de cada equipo y comenzará un largo camino hacia sus objetivos. De la coherencia, la madurez, la unión y la calidad del trabajo que se realice cada semana de aquí al final saldrán grandes tardes de Baloncesto, que resumirán muy bien por qué nos apasiona este deporte.
Velocidad, pasión, acciones espectaculares, gestos, emociones y canastas serán el motor de este juego. Que lo disfruten todos ustedes mucho y, que el domingo por la noche, cuando se apaguen los focos del último de nuestros pabellones, sigamos entusiasmados con el juego de los cestos de melocotones y el balón que un día de tormenta inventó un profesor al que todos debemos estar agradecidos.
Rubén Domínguez